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Maria será ii heredera muerto yo, pueden hacer a Uds. mas di chosas que lo que son hoy.»
Estas promesas eran mui seducloras para una pobré mujer que htasta entónces había vivido con escasez, i sin embargo titu- hexbaz porque munca consiente una madre en separarse de su bija sin una lucha dolorosa... Llorando ino sabiendo qué partido tomar, interrogaba con la vista a su pariente: ésta la aconsejaba que admiliese las proposiciones del jeneroso calra- lloro. idos curiosos que habia atraido aquella interesante escena, 01sus instancias a las suyas, repiliéndole que iba a labrar le elo de su hija.
¡:oumovida con las súplicas de su pariente ¡las personas que de instaban a que aceptase, talvez iba a ceder la miulre, cuando la niña puso fina su incertidumbre arrojándose a sus brazos, asiéndose a ella ¡ mo queriendo dejarla, como si su intencion Tuese decirle: «léjos de fi ¿qué me importan las riquezas ? ¡Una madre esla fortuna de su hijal......»
Vna madre en la vida Es el emblema. Del smor de los ciclos, Su providencia; Cáliz bendito, Que recoje tu Manto, Llora contigo.
El caballero, vivamente conmovido, fué el primero en relirar su proposición; pero queriendo dejar a la amable niña procbas de su musíficencio, le aseguró una pension por toda su vida de quinientos pesos anuales, con la cual podrán pasar ella i su maz dre días mas felices i tranquilos.
XXvIE Carlota.
Carlota, hija del coronel Ñ......., , era una niña bonita, ara- le i eariñosa. Apénas contaba doce años i las gracias de que
