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Satisfecha su curiosidad, estaba loca de alegría; pero, incapaz
de callar nada, corrió a cantácselo a otra niña, hija del jardinero de la casa. haciéndole prometer que no to diriz a nadie. Al. hijas mias, qué error comelió Carlota! no fieis a nadie vuestros secrelos, sino a vuestros padres i a vuestro confesor. Arorduos de que secreto catre tros nodo es. El secreto e Most dos, ¿Quieres que tu secreto esté bien guardado? Empieza pur guardarlo tú misma, *
Si Carlota hubiese tevido presente estes máximas. no habría confiado su secreto. Ja niña del jardinero se lo conto al hijo dr un vecino. éste a otro, ide boca en buca llegó a los oidos de un espia que lo pusu en conocimiento de la terrible Sociedad popular Hestauradora.
El coronel faé preso la siguiente noche por una partida de ase- sinos al saudo del famoso Cuiliño.
f'arlolo se arrepintió de su indiscreción al cunlemplar el fu- u falla, pero ya era tarde.—Su padre fué
nesto resultado de s fusilado en la plaza del Retiro.
Gariola. Imérlana, atormentada incesantemente de remordi- mientos, saurió a lus tres años consumida por laiclevicia; i pe momentos ántes de espirar, pronunció con voz débil estas amar- zas palubras: «El mas verdadero arrepentimiento no puede remediar el mal irceparable que he causado. ..... ¡funesta curiosidad! funesta indiserecion ! »
Asi, queridas mias, recorded siempre la historia de la desgra- ciada Larlota; toned presente que dicha una vez una palabra, querer recojerla es lo mismo que pretender recobrar en medio de
4 que descubre un secruto No lo encuentra tas culpadi
Coma aquel que siendo suyo No ha sabida reservario.
Si tuvieses encerrado Ta secreto 1 cn kn pecho. Bor sabio serás juzgado, Pues has contigo acabado lecho que pocos Bat hecho