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padres, no debe buscar medios como sustraerse del costigo; no debe irritarse centra ellos, ni dudar de su ternura, sino que de- be ver en el castigo una nueva prueba de amor, i recibirlo con resignacion i con resolucion firme de no hacerse acreedora a él otra vez.
El castigo no debe aflijir a la niña por la pena que le causa, sino por el disgusto que ba producido a sus padres, i el dolor que esperimentan cuando se ven precisados a castigarla,
Debe hacer todos los esfuerzos posibles por ahorrarles este dolor; i evando por desgracia no lo ha conseguido, i los padres la castigan por su bien, debe dar las gracias como de un nuevo beneficio.
La niña que teme a sus padres i que les está siempre sumisa, ya es obediente, es decir, que ejecuta todo lo que sus padres le ordenan, i que evita todo lo que le prohiben,
No basta obedecer exactamente; es preciso obedecer con gus- to, es decir, no basta someterse a los mandatos de los padres con repugnancia, sino que deben considerarse como buenos; jas- tos i sabios, i conformarse a ellos con placer. Porque los pa- áres en sus mandatos i prohibiciones obran por lo ternura que nos profesan i por nuestro interes bien entendido.”
Como debemos tener una satisfaccion en la obediencia a nues- tros padres, debemos manifestar esta satisfaccion por la pronti- tud i buena voluntad con que ejecutemoslo que se nos prescribe.
La niña que ejecuta lentamente lo que se le manda, que obli- ga arepetir dos o tres veces las órdenes que se le dan, i que ma- nifiesta mal humor al cumplirlas, es un ser mui desagradable: da motivo a dudar que tiene huen corazon,
La obediencia debe ser completa, es decir, debe obedecer a los padres en todo i por tado, lo mismo en las cosas lijeras que
- Los mandatos de tus padres
Obedece con placer:
Su voluntad sea tu guía, Pues solo anhelan tu bien,