Página:Sub Terra.pdf/87

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
85
EL PAGO

con gruesas gotas que herian sus pupilas como martillazos. Deteníase entonces por un momento para desaguar el surco i empuñaba de nuevo la piqueta sin cuidarse de fatiga que engarrotaba sus músculos, del ambiente irrespirable de aquel agujero, ni del lodo en que se hundia su cuerpo, acosado por una idea fija, obstinada, de estraer ese dia, el último de la quincena, el mayor número posible de carretillas; i esa obsesion era tan poderosa, absorbia de tal modo sus facultades, que la tortura física le hacia el efecto de la espuela que desgarra los hijares de un caballo desbocado.

Cuando la circa estuvo terminada, Pedro Maria sin permitirse un minuto de reposo se preparó inmediatamente a desprender el mineral. Ensayó varias posturas buscando la mas cómoda para atacar el bloque, pero tuvo que resignarse a seguir con la que habia adoptado hasta allí, acostado sobre el lado derecho, que era la única que le