En el Noli me tángere principié el bosquejo del estado actual de nuestra Patria: el efecto que mi ensayo produjo, hízome comprender, antes de proseguir desenvolviendo ante vuestros ojos otros cuadros sucesivos, la necesidad de dar primero á conocer el pasado, á fin de poder juzgar mejor el presente y medir el camino recorrido durante tres siglos.
Nacido y criado en el desconocimiento de nuestro Ayer, como casi todos vosotros; sin voz ni autoridad para hablar de lo que no vimos ni estudiamos, consideré necesario invocar el testimonio de un ilustre Español que rigió los destinos de Filipinas en los principios de su nueva era y presenció los últimos momentos de nuestra antigua nacionalidad. Es, pues, la sombra de la civilización de nuestros antepasados la que ahora ante vosotros evocará el autor; os transmito fielmente sus palabras, sin cambiarlas ni mutilarlas, adaptándolas, sólo en lo posible, á la moderna ortografía é introduciendo mayor claridad en la un tanto defectuosa puntuación del original, á fin de hacer más fácil su lectura. El cargo, la nacionalidad y las virtudes de Morga, juntamente con los datos y testimonios