como el dicho señor Oydor es, práctico en las cosas de la guerra, y que otras veces ha sido general de armadas de su Magestad, por nombramiento suyo; y sido teniente de capitan general algunos años en este reyno[1] de que ha dado buena cuenta, y es bien quisto y amado de la gente de guerra, y la persona que mas conviene[2], segun el estado de las cosas, y otras justas consideraciones que á ello le mueven, para que la dicha jornada tenga efecto y no se deshaga; ó á lo menos, no se dilate con daño, y inconveniente. Por tanto, que ordenaba y ordeno á el dicho señor Oydor, que pues ha criado este negocio, y lo ha puesto por su persona en el buen punto en que está, y toda la gente que no es de sueldo (que es mucha) está apercibida á su contemplación, que con la brevedad que fuese posible, se aperciba y vaya por general y cabo de la dicha armada, en busca del enemigo; de que le dará, los recaudos é instrucciones necesarias, porque así conviene al servicio del rey nuestro señor; de cuya parte le manda, lo haga y cumpla, dándole para esto, en el tiempo que en ello se ocupare, como Presidente de la dicha real audiencia, licencia y relevacion, para asistir á los negocios de la dicha real audiencia; la cual le dió en forma, y para hacer la dicha ausencia, y así lo proveyó, mandó é firmó de su nombre, don Francisco Tello[3]; ante mí, Gaspar de Azebo.
»En la ciudad de Manila, á primero de Deciembre, de mil y seiscientos, yo, el secretario de gobernacion, notifico que el auto de suso contenido, al señor doctor Antonio de Morga, Oydor desta real audiencia; el cual dijo. Que desde primero día del mes de Noviembre
- ↑ Filipinas, Reino de Nueva Castilla.
- ↑ Todos estos elogios están conformes con otros testimonios que de Morga dan sus contemporáneos.
- ↑ D. Francisco Tello, que tuvo que permanecer en Manila (en donde murió) para rendir cuenta de su gobierno, pudo haber sido un débil y desgraciado Gobernador, pero era sin duda alguna un hombre modesto y exento de envidia, como aquí se puede ver.