su casa de labor y coro, á quienes socorre su Magestad, con parte de su sustento, y lo demas se provee de sus labores y haciendas; tienen su mayordomo y administrador sacerdote[1].
Á otra parte hay un hospital real de Españoles, con médico, boticario, cirujanos, administradores y sirvientes, labrado de cantería con su iglesia, salas de enfermos y servicio de camas, en que se curan todos los Españoles; y de ordinario está muy poblado, y es del patronazgo real y su Magestad lo provee, de lo mas que ha menester; estan en él por superintendentes tres religiosos descalzos de San Francisco, que son de mucho provecho para el regalo corporal, y espiritual de los enfermos; quemóse en el incendio del año pasado, de seiscientos y tres, y vase edificando de nuevo.
Hay otro hospital de la misericordia[2], á cargo de la cofradía deste nombre, que se fundó en la ciudad de Manila, con hermandad de la misericordia de Lisboa, y de las otras hermandades de la India, y con bulas apostólicas para obras de caridad, enterrar muertos, mantener pobres vergonzantes, casar huérfanas, y remediar muchas necesidades; y en él curan los esclavos de la ciudad, y dan aposentos á mujeres pobres[3].
- ↑ Este beaterio ha tenido muchas vicisitudes y después de cambiar de domicilio, ha desaparecido por completo en nuestros días.
- ↑ La Hermandad de la Misericordia fué fundado por un clérigo llamado Juan Fernández de León, en 1594.
- ↑ Parece que las obras de esta benéfica Hermandad han cesado del todo, porque en estos últimos tiempos no sólo ya no hay aposentos para mujeres pobres, sino que ni se han querido enterrar varios cadáveres por no poder pagar los derechos parroquiales, prohibiéndoseles á los pobres el morir, según parece. Esta Hermandad sostenía al Colegio de Santa Isabel. En cambio florecen ahora otras cofradías, que si no son tan filantrópicas al menos son más religiosas y productivas para los que las manejan, como la Cofradía de Nuestra Señora de la Correa, la de Nuestro Padre Jesús, la de Nuestro Padre Jesús Nazereno, la de Nuestra Señora de la Soledad y otras más dirigidas por franciscanos, dominicos y agustinos.