a su alrededor. Mis compañeros están construyendo un nido en el templo de Baalbec, y las palomas blancas y rosadas los están viendo y arrullándose entre sí. Querido Príncipe, debo dejarte, pero nunca te olvidaré, y la próxima primavera te traeré dos hermosas joyas en lugar de las que has regalado. El rubí será más rojo que una rosa roja, y el zafiro será tan azul como el gran mar."
"En la plaza de abajo, dijo el príncipe feliz, "allí se encuentra una niña con cerillos. Se le cayeron los cerillos en el desagüe y todos se han echado a perder. Su padre la golpeará si ella no lleva algo de dinero a casa, y ella está llorando. Ella no tiene zapatos ni medias, y su pequeña cabeza está descubierta.
Arranca mi otro ojo y dáselo a ella, y así su padre no la golpeará."
"Me quedaré contigo una noche más," dijo la golondrina, pero no te puedo yo no puedo arrancar