14 POLÍTICA DOMÉSTICA
falseado los medios por los cuales debía y podía, realizar ese objeto.
El gobierno de la familia debe semejarse al mo- nárquico, y no ser absoluto. El esposo será el so- berano; la esposa el ministro del interior, respon- sable, pero con atribuciones propias, subordinado, pero con voz deliberativa, y debiendo ser consulta- do en todo asunto importante y de interés común.
La opinion del soberano solo llegará á preponde- rar en caso de disentimiento, cuando tomar una decisión sea por todo extremo indispensable.
Los hijos representarán los súbditos, guiados por tan benévola y complexa autoridad, que será tanto- mejor para el bienestar de todos, cuanto más ar- monia y unidad haya en su acción.
Si este gobierno está bien entendido, y en él son sabiamente interpretados los deberes y derechos de cada miembro de la familia, ésta asegura la realiza- ción de su gran fin social y su felicidad.
En efecto, al nacer un niño—lazo nuevo para am- bos esposos—;qué alegria en la familial, ¡cómo cada uno, en cuanto le concierne, se ocupa en lo que al porvenir de ese ser querido interesa, mucho