236 POLÍTICA DOMÉSTICA
trarles vuestra ternura; por estos medios excitaréis su confianza, vendrán á depositar en vosotras todos sus secretos, querrán asociaros á todas sus alegrías, y es seguro que encontrareis vivísima satisfacción en las expansiones de vuestro afecto maternal.
Hay madres que, mostrándose muy cariñosas para con aquellos de sus niños que son más hermosos ó más inteligentes, no tratan con tanto amor á los que tienen alguna imperfección natural, ó inteli- gencia menos desenvuelta, ó imaginación más pe-
rezosa. ¿Porqué tratais así á esos pobres ni-
ños?..... ¿No son vuestra sangre, como los
demás .... ¿Son culpables por haber recibido menos
dones de la naturaleza?.... ¿No debeis procurar, con generosa compasión, indemnizarlos de lo que les falta? Les debeis tanto, que no solamente ellos mismos, sino también sus hermanos y todas las per- sonas de buen corazón, estimarán lo que hagais en favor de los que necesitan más cuidados. Esta pre- dilección de vuestra solicitud maternal no engendra- rá ninguna envidia; pero sivuestras preferencias no es- tán fundadas en motivos tan justos, excitarán celos y odios contra vuestros favoritos, y originarán des- acuerdo en la familia, en la cual debeis conservar la mejor concordia. Sin duda que á muchas madres les es difícil no ceder á una inclinación más marcada hacia los hijos que se distinguen por su juiciosa
