244 POLÍTICA DOMÉSTICA
de una criatura sufre durante cualquier espacio de poco minutos, pasado en hacer travesuras, gritar, reir y llorar; quiero indagar los motivos que me han determinado á emplear tal ó cual medio de correc- ción, que adopté por instinto ó porefecto del impul- so simpático que produce en nosotras la acción más eficaz para establecer nuestro imperio sobre la. voluntad que deseamos subordinar; pero cuando me entrego á estas meditaciones, siento la necesidad de tomar la pluma para mejor fijar y ordenar mis ideas. Y voy ácomenzar esta memoria, discurriendo sobre: ciertos hechos de mis hijitas Emilia y María, no para instruir de lo queen casos análogos se debe pen- sar y hacer, sino para manifestar los motivos de mis juicios; con este fin, expondré más ideas que las que he puesto en práctica, pues mi atención no po- drá limitarse á aquellas que me han servido de guía, y abrazará también las que me sean necesari¿s para explicarme.
Veo en cada niño la criatura humana, tal como es actualmente y como debe de llegar á ser. En su espíritu y en sus órganos, no desarrollados toda“ vía, se encierran, desde el primer momento de su existencia, los gérmenes de lo bueno y lo malo que
