POLÍTICA DOMÉSTICA 95
El carácter de precisión que el amor fraternal tic- ne con más extensión que la amistad, le da mayor tranquilidad. Como no es posible fijar el grado pre- ciso de la amistad, nunca se puede asegurar hasta qué punto se cuenta con ella, sin que quede alguna duda, y, por consiguiente, cierta inquietud, el amor fraternal, por el contrario, sabe que tiene derecho á contar con la reciprocidad. Sin duda que puede ha- ber malos hermanos que no valgan lo que buenos amigos; pero como el amor fraternal se apoya en la naturaleza, es más tranquilo, da menos inquietud que la amistad.
En el amor fraternal hay más igualdad que en la amistad ordinaria, porque los hermanos nacen en igualdad de condición social. Verdad es que mu- chas amistades anudadas desde la infancia se forman fuera de esta igualdad; lo cual es un gran bien, pues aunque el orden social se apoya en las diferencias de las condiciones, conviene que estas diferencias estén algún tiempo compensadas por un sentimiento seme- jante á la fraternidad natural. La desigualdad de las condiciones sociales hace muy difícil la amistad; mas “esta dificultad no existe entre hermanos que, naci- dos en una misma familia, expuestos á unas mismas privaciones, ó en el goce de iguales ventajas, nada encuentran que ponga obstáculo al sentimiento na- tural que les une.
