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SUEÑO REALIZADO

I

No es difícil soñar lo que deseamos, sí lo es más realizar lo deseado. De ansias de atrapar la fortuna henchidos, llegaban todos y cada uno de los que á esta América llegaban. Si ninguno volvió desairado fué porque no volvió, no porque se satisficiera de fortuna, que mayor ansiaban cuanto más se acrecentaba.

La actividad, la energía, la perseverancia en el trabajo, la confianza en los propios esfuerzos resultan verdaderos milagros, más cuando llovían milagros, pues como tal apreciaban cualquier hecho singular nuestros sencillos labradores en aquellos buenos tiempos.

Y con esto basta y sobra para explicar del modo más natural un hecho que el fundador de San Isidro atribuyó á milagro del mismo.

El domingo 15 de mayo de 1698, camino de las Cañitas seguía cierto capitán de esta guarnición, y saliendo de Montes Grandes, llegó á la cima de la barranca que domina el bosque alegre, antes que las célebres cacerías de patos á cañonazos en sus riberas mancharan su verdor y su alegría, como la reputación de algunas damas que acompañaron en sus meriendas al virrey galante.

Fatigado iba el viajero, cuando acercándose á un coposo espinillo cuya sombra invitaba al reposo, mandó á su guía Antonio que tendiera el recado allí, mientras pasaban los caballos.