el cuadro de confusión seguido al de las cuadrillas.
Militares y ciudadanos salieron apresuradamente al Fuerte y cuarteles inmediatos. Los dueños de casa mandaron apagar luces y trancar puertas y ventanas, o fuera á filtrarse algún godo exaltado de los que habían puesto señales á la escuadrilla de la otra banda y las empiringotadas á quienes no indigestó el chocolate del baile que acabó á cañonazos, siguieron rezando trisagios, Pater noster y Ave Marías, haciendo coro á la devota patricia quién más pronto se repuso, en época de sobresaltos continuos:
Agrega cronista verídico:
«En la noche del 15 de Julio de 1811, los vecinos de esta capital sufrieron los estragos de un bombardeo, dirigido desde el canal interior por cinco barquichuelos á órdenes del comandante Michelena, arrojando cuarenta bombas y algunas balas rasas, que ocasionaron desgracias y estragos consiguientes.»
«Algunos vecinos, asustados por tan furibundo ataque, salieron con sus familias á medio vestir ó con lo puesto, buscando salvación en los campos vecinos. En las calles todo era confusión