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aventuras y trapisondas primero, fué su guardaespaldas en cuantas pellejerías actuara, que antes y después del 25 de Mayo fueron muchas.

Llegado el día de su libertad no se apresuró hacer uso de ella, quedando como la hiedra adherida á viejos muros, fuera por amor á la casa, quizá por lo que dentro de ella germinaba. Verdad que si no tan rápidamente como el maíz de cuarenta días, ó el de guinea que plantaba para escobas, en cuya fabricación resultó tan hábil como en tejidos de esparto, canastas, esteras, secadores, etc., pasiones gemelas brotaban entre las rosas del jardín, y también entre flores silvestres de los cercos, que espontáneo es el amor en toda la naturaleza. Los de la niña de la casa crecían como los no menos vehementes de la doncela de azabache. Solicitada aquella por uno de los brillantes oficiales del mismo batallón de Beruti, prometida estaba para cuando ostentase tres galones en su manga militar, siguiendo añeja costumbre en el ejército español, que en grado inferior al de Capitán no se concedía licencia matrimonial.

La otra negra pasión, ardiente como de africana, llameaba en la negrita correveidile, por lo que agregando un Padre nuestro y un Avemaría al rosario de todas las noches, que el ama presidía