Página:Tradiciones peruanas - Tomo I (1893).pdf/119

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
113
Ricardo Palma

LOS ENDIABLADOS Pepe Irasusta y Pancho Arellano eran amigos de uña y carne, de caina y rancho.

De repente, el pueblo dió en decir que habían hecho pacto con el demonio; y hoy mismo, al hablar de ellos, los llama los Endiablados.

¿Por qué? Esto es lo que el relato popular va á explicarnos.

Entretanto, lector, si te ocurre dar un paseo por San Jerónimo de Ica, hasta las piedras te referirán lo que hoy, alterando nombres por razones que yo me sé, ofrece tema á mi péñola. Añadiré también, para poner fin al introito, que viven todavía en la ciudad de Valverde muchísimas personas que en el decenio de 1830 á 1840 conocieron y trataron á los héroes de esta conseja ó sucedido.

I Pancho Arellano era un indio cobrizo, que ganaba el pan de cada día manejando una pala como peón caminero ó mozo de labranza en un viñedo. El infeliz echaba los bofes trabajando de suis á seis para adquirir un salario de dos á tres pesetas é ir pasando la vida á tragos. Parecía destinado á nunca salir de pobre, pues ni siquiera había en él artimaña para constituirse jefe de club eleccionario, ui hígados para capitancar una montonera, cargos que suelen dejar el riñón cubierto.

Un día abandonó Arellano la lampa, y sin que nadie atinara á saber de dónde había sacado dinero, echóso á dar plata sobre prendas con el TONO I S