En el centro de la iglesia y sobre una cortina negra leíase en grandes letras cortadas de un pedazo de género blanco:
JOSÉ IRASUSTA!!!
En los momentos en que el sacerdote oficiante iba á consagrar la Hostia divina, desprendióse un cirio de la cornisa del templo é incendió la cortina. Los sacristanes y monagos se lanzaron presurosos á impedir que se propagase el fuego; pero á pesar de su actividad, no alcanzaron á evitar que gran parte de la cortina fuese devorada.
Cuando se desvaneció el peligro, todos los concurrentes se fijaron en la cortina y vieron con terror que las llamas habían consumido las seis primeras letras de la inscripción, respetando las que forman esta palabra:
ASUSTA!!!
Aquí asustado el cronista, tanto como los espectadores, suelta la pluma, dejando al lector en libertad de hacer á sus anchas los comentarios que su religiosidad le inspire.
(1870) ASUSTA