Dirán que no sin solapa,
y con agravio de Dios,
simpáticos hago á Los
caballeros de la capa;
Que á virreyes del Perú
del negro sepulcro evoco,
para respetarlos poco
y tratarlos tú por tú;
Que con fines muy nefandos,
calumniador de la historia,
sombras echo en la memoria
del ilustre Pepe Bandos;
Que tal vez estando chispo
esas quimeras hilvano,
pues que trato liso y llano
al fraile y al arzobispo;
Que doy cscándalo grave
refiriendo el gatuperio
que condujo á un monastorio
á la Monja de lu llave;
Que no merece laurel,
sino palo, mucho palo,
quien ve un dulce de regalo
en Leonoreica Michel;
Que allí descubro mi juego
por la idea y la palabra;
que al monte tira la cabra
y debo ser mujeriego;
Que ha de arder en el infierno
por inmoral cuanto he escrito,
y que debe andar proscrito
en casa de buen gobierno;
Y añadirá la traidora
chusma, que es purs invención
la sublime abnegación
de Evangelina Zamora;
Que si hay pensamiento bueno
que merezca aplauso pío
en el librejo, no es mío,
sino del cercado ajeno;
Que al publicar un volumen
malo, hasta leído gratis,
be querido sólo satis-
facer mi frívolo numen;
Dirá la procacidad
que soy un torpe avechucho,
(que importa al crítico mucho
nuestra personalidad.)
Y el insulto se conjuga
en perfecto é imperfecto.....
Hay un personal defecto?
¡Pues, señor, á la verruga!!!
Razón de la sinrazón
es la personal diatriba.
¿Qué tiene que ver la giba
con los versos de Alarcón?
Que mentiras y verdades
sobre tiempos que no he visto
ensarto, dirán..... ¡De Cristo
dijeron barbaridades!
¿Qué mucho si me hace añicos
un crítico y si me ultraja,
siendo en la humana baraja
yo de los triunfos más chicos?
¿Y hay quien á escribir se atreve?
¡Por San Jorge! Amiga mía,
pierde la pedantería
á esto siglo diez y nueve.
A todos sopla la musa
de la vanidad; y todos,
hoy de vanidad beodoa,
nacemos con ciencia infusa.