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Tradiciones peruanas

encuentra frecuentemente en los nombres de lugares, en las lenguas y dialectos indígenas de Centro—América y aun de las Antillas. Parece que significa grande, elevado, prominente, y se aplica á las cumbres monta.

ñosas en que no hay volcanes. Aun cuando Colón, en su lettera rarissima describiendo su cuarto viaje (1502), no menciona el nombre de América, es más que probable que verbalmente lo hubiera transmitido él ó sus compañeros tomándolo como que el oro provenía de la región llamada América por los nicaragüenses. De presumir es también que este nombre América fué esparciéndose poco á poco hasta generalizarse en Europa, y que no conociéndose otra relación impresa, descriptiva de esas regiones, que la de Albericus Vespuccius publicada en latín en 1505 y en alemán en 1506 y 1508, creyesen ver en el prenombre Albericus el origen, un tanto alterado, del nombre América. Cuando en 1522 se publicó en Bale la primera carta marítima con el nombre de América provincia, Colón y sus principales compañeros habían ya muerto, y no hubo quien parara mientes en el nombre. Por otra parte, en toda Europa no era América nombre de pila que se aplicara á hombre ó mujer, y llamándose Vespuccio Albérico, claro es que si él hubiera dado nombre al Nuevo Mundo, debió éste llamarse Albericia, por ejemplo, y no América. Otra consideración: sólo las testas coronadas bautizaban países con su nombre: verbigracia, Georgia, Lusiana, Carolina, Maryland, Filipinas, etc.; mientras que los descubridores les daban su apellido, tales como Magallanes, Vancouver, Diemen, Cook, etc. El mismo Colón no ha dado Cristofonia ó Cristofia, sino Colombia y Colón. Es evidente, pues, que el autor del plano de 1522 oyó antes pronunciar el nombre indígena de América á alguno de los que acompañaron á Colón en 1503, y tomó el rábano por las hojas. Cuando apareció la carta de Bale, ya Vespuccio había muerto, sin sospechar, por cierto, la paternidad histórica que se le preparaba.

Según el historiador vizconde de Santarem, el florentino Vespuccio (que murió en Sevilla el 22 de febrero de 1512) vino por primera vez al Nuevo Mundo á fines de 1499, en la expedición de Cabral, y la descripción que escribió de estas regiones fué publicada por Waldseemuller, en Lorena, en 1508. Fué Waldseemuller quien tuvo entonces la injustificable ocurrencia de sobreponer el nombre del descriptor al del descubridor.

En conclusión: por su origen, por las noticias de Colón en su cuarto viaje, por su valor filológico y demás consideraciones someramente apuntadas, puede sin gran esfuerzo deducirse que la voz América, exclusivamente indígona, nada tiene que ver con el nombre del piloto Vespuccio.

Sobre la avaricia de Vaca de Castro refiere la tradición popular algo que vamos á apuntar.