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Tradiciones peruanas

noche. La recepción de doña Teresa fué para Lima una verdadera y espléndida fiesta. Con la virreina vino también de España una banda de música.

Minuto más minuto menos, doña Teresa frisaba por entonces en los veinticinco años, y á rancios cuarteles de nobleza unía gran fortuna y deslumbradora beldad. Ella fué la primera que estableció en los salones de palacio la etiqueta aristocrática de una pequeña corte y la galantería de buen tono, Hablabase mucho, á la sazón, del descubrimiento de poderosas minas de plata en uno de los distritos de Huancavelica, y no era escaso el número de españoles que, soñando con un nuevo Potosí, abandonaban el templado clima de la capital para aventurarse en esos riscos, cuyas entrañas escondían el precioso metal.

Una mañana presentóse un indio en el patio de palacio, seguido de varios llamas cargados de barras de plata, solicitando la merced de hablar con la virreina. Acogiólo ella con su genial bondad; y el indio, después de obligarla á aceptar, como si fuesen bizcochuelos, las consabidas barras y excusarse por la mezquindad del agasajo, la pidió que sacase de pila una hija que en su pueblo le había nacido. Doña Teresa, por más honrar al futuro compadre, no quiso conferir poder para que otra persona la repre sentase como madrina y prometió que antes de quince días se pondría en camino para la sierra. Loco de orgullo y de gusto salió el indio de palacio y sin pérdida de tiempo regresó á sus hogares para preparar un recibimiento digno de comadre de tanto fuste.

Cinco ó seis sem nas después, doña Teresa de Castro, con varias señoras de Lima, un respetable oidor de la Audiencia, tres capellanes, gran séquito de hidalgos y cincuenta soldados de á caballo, hacía su entrada en el miserable pueblecito del indio. Este había tapizalo con barras de plata el espacio que mediaba entre el sitio donde se apeó la virreina y la puerta de su choza.

Al siguiente día tuvo efecto la ceremonia bautismal y con ella la formación de una nueva villa, Así cuenta la tradición popular el origen de Castrovirreina, y á falta de otra fuente histórica á que atenernos, aceptamos el relato del pueblo, que si non é vero é ben trovato.

Castrovirreina se encuentra situada en una altura y es riguroso el frío que en ella se experimenta. Las minas están esparcidas en los cerros inmediatos. Se halla á cuarenta leguas poco más o menos del mar, y á diez y ocho de Huancavelica. Tuvo un convento de franciscanos, iglesias, hospital y capillas.

La nueva villa progresó mucho con la abierta protección que le dispen-