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Página:Tragedias de Sófocles - Leconte de Lisle (Tomo I).djvu/17

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Las traquinenses

de yeguas vagabundas, y viendo que tenía el espíritu y los ojos distraídos, le precipitó desde la cima de la altura. Por eso fué por lo que Zeus Olímpico, padre de todas las cosas, agitado de cólera, y no pudiendo tolerar que Heracles hubiese usado de ardides contra un hombre solo, le hizo vender como esclavo. Si se hubiera vengado abiertamente de sus injurias, Zeus le hubiese perdonado, porque tampoco los Dioses gustan de sufrir la injuria. Pues todos los que se envanecían de una lengua insolente habitan ahora en el Hades, y su ciudad está reducida á servidumbre. Estas que tú ves vienen á ti arrancadas de su felicidad por un triste destino. Tu esposo lo ordena así, y yo, fiel servidor, obedezco sus órdenes. El mismo, en cuanto haya sacrificado víctimas irreprochables á su padre Zeus, á causa de esta ciudad tomada, vendrá, está segura. Y esto es lo más grato de oir entre todo lo que ya te he dicho.

Reina, lo que ves y oyes te permite ahora manifestar toda tu alegría.

¿Por qué no me he de regocijar, en efecto, y con justo título, habiendo sabido el feliz destino de mi esposo? Es preciso, puesto que estas noticias responden á mis deseos. Sin embargo, la prudencia me deja en el espíritu cierto temor de que esta buena fortuna no conduzca á alguna desgracia. ¡Oh queridas! Una fuerte piedad se apodera de mí cuando veo á estas infelices arrojadas de su morada en tierra extranjera, privadas de sus padres y faltas de asilo, ellas que nacieron quizá de hombres libres y ahora sufren una vida servil. ¡Oh Zeus compasivo, que jamás te vea procediendo así contra mi raza! ó si lo haces, ¡que no sea mientras yo viva! ¡Oh tú, tan desventurada! ¿qué clase de mujer eres? ¿Eres doncella? ¿eres madre? A juzgar por tu aspecto, no sabes nada de estas cosas; pero, sin embargo, eres bien nacida. Licas, ¿de quién procede esta joven extranjera? ¿Quién es su madre? ¿Qué padre la ha engendrado? Di. Me he apiadado de ella más que de ninguna cuando he visto que era la única que manifestaba una gran discreción.

¡Qué sé yo! ¿De qué me preguntas? Tal vez no ha nacido de una raza vil entre los habitantes del país.