menos un vivo que un cadáver animado. Tanto como quieras, goza de tus riquezas en tu morada y del orgullo de la tiranía; sin embargo, si no posees la alegría, no compraré todo aquéllo, comparado á la dicha, por la sombra de una humareda.
¿Qué nueva calamidad de los reyes vienes á anunciarnos?
Han muerto, y los vivos han sido causa de su muerte.
¿Quién ha matado? ¿quién ha muerto? Habla.
Hemón ha muerto: ha sido muerto por su mano.
¿Por la mano de su padre ó por su propia mano?
Por su propia mano, estando irritado contra su padre á causa de la muerte de Antígona.
¡Oh adivino, cuán cierta era tu predicción!
Siendo esto así, hay que pensar en lo demás.
Pero veo á la desventurada Eurídice, la esposa de Creón. ¿Ha salido de la morada por azar, ó habiendo sabido la desgracia de su hijo?
¡Oh vosotros todos, ciudadanos, he oído lo que decíais en el momento en que salía para ir á suplicar á la diosa Palas! Descorrido el cerrojo, levantaba la barra de la puerta, cuando el rumor de una desgracia doméstica ha herido mis