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Ayax
Odiseo
Si tuviera sano el espíritu, no temería mirarle.
Atena
Pero, ahora, no te verá, aun estando cerca.
Odiseo
¿Cómo, si mira con los ojos?
Atena
Yo extenderé una niebla sobre sus ojos que ven.
Odiseo
Todo puede ser hecho, cuando en ello trabaja un dios.
Atena
Ahora sé mudo y quédate donde estás.
Odiseo
Me quedaré. No obstante, mejor querría estar lejos de aquí.
Atena
¡Hola! Tú, Ayax, te llamo de nuevo. ¿Por qué haces tan poco caso de tu protectora?
Ayax
¡Salve, ¡oh Atena! salve, hija de Zeus! ¡Cuán á tiempo vienes! Yo te colmaré de dorados despojos, á cambio de este botín.
Atena
Bien has dicho; pero dime: ¿has empapado bien tu espada en la sangre de los argivos?