Página:Tres cuentos - G. Flaubert (1919).pdf/77

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
75
 

educado cristianamente. Pero el Califa, so pretexto de querer convertirse, vino a visitarle, acompañado de una escolta numerosa, asesinó a toda su guarnición y le sumergió en el fondo de una mazmorra, donde le trató cruelmente, a fin de sacarle sus tesoros.

Julián corrió en su ayuda, destruyó el ejército de los infieles, sitió la ciudad, mató al Califa, le cortó la cabeza y la arrojó como una bala por encima de las murallas. Luego sacó al emperador de su prisión, y le puso otra vez en su trono, en presencia de toda su corte.

Como premio de tal servicio, el emperador le presentó muchos cestos llenos de dinero. Julián no quiso nada. Creyendo que deseaba más, le ofreció las tres cuartas partes de su riqueza. Como lo rechazó también, propúsole compartir su reino. Julián lo agradeció, y el emperador lloraba de despecho, no sabiendo de qué manera mostrar su reconocimiento, cuando, golpeándose en la frente, pronunció unas palabras al oído de un cortesano, abriéronse las cortinas de unos tapices y apareció una doncella.

Sus grandes ojos negros brillaban con la luz suavísima de dos lámparas. Separaba sus labios encantadora sonrisa. Los bucles de su cabellera se acercaban a las pedrerías de su vestido entreabierto, y bajo la transparencia de la túnica se adivinaba la juventud de su cuerpo. Tenía la cintura esbelta, y era menuda y bien torneada.