Página:Tres novelas ejemplares y un prólogo (1920).pdf/81

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
77
Dos madres

RAQUEL—¡Yo soy aquí la madre de verdad, yol Entonces Berta, fuera de sí, cogió a su marido, que se dejaba hacer, del brazo, arrancándolo de bajo el yugo de Raquel, se lo presentó a ésta y le gritó:

BERTA. ¡Pues bien, no! La madre soy yo, yo, yo....

Y le quiero entero, le quiero más entero que tú. Tómalo y acaba de matarlo. ¡Pero dame a mi hija, devuélveme a mi hija!

RAQUEL. ¿Qué hija?

BERTA.—A... a... a...

Le quemaba los labios el nombre.

RAQUEL. A mi Quelina? ¡Que es yo misma, yo...!

¿Que me entregue yo? ¿Que te entregue mi Quelina, mi Raquel, para que hagas de ella otra como tú, otra Berta Lapeira, otra como vosotras? ¿Como vosotras, las honradas esposas? Ah, también yo fui esposa; sí, esposa; también yo sé...

BERTA—¿Y qué culpa tengo yo de que ni tu marido ni luego Juan pudiesen contigo lo que éste conmigo ha podido, lo que he podido yo con él?

RAQUEL. ¿Y tú, Juan, tú, hi—jo mi—o, te vas a repartir? ¿O estás para tu esposa entero?

Juan huyó de las dos.