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nod; otro de tendencias socialistas y antirreligio- sas, presidido por Mme. María Pognon, y el Con- greso de católicas, que fué una sección del Con- greso católico nacional, y que tuvo por presidenta á Mme. de Bully. Este último, que nos interesa especialmente, debía ser un Congreso de obras, un Congreso dedicado á estudiar los medios de llevar á la práctica el mayor número de institucio- nes feministas; pero en una gran parte lo fué tam- bién de doctrinas, no temiendo abordar en él las cuestiones más graves: seducción, investiga- ción de la paternidad, régimen de los contratos matrimoniales, voto de las mujeres cabeza de fa- milia para las elecciones de los Consejos munici- pales y de lo: “e distrito, tutela legítima, regla- mentación de la prostitución, trabajo de las mu- jeres, etc., pudiendo decirse, en general, que no hubo miedo en decidirse por las soluciones más avanzadas (1).,,
Para completar esta breve historia señalaremos las principales publicaciones feministas. El Droit des femmes, tundado hacia el fin del Imperio por Mme. María Deraisme, fué el primer órgano de la secta. No tardaron en aparecer otros periódicos ó revistas; pero muchos de ellos tuvieron existencia efímera. Citaremos, entre otros, la Femme, el Jour- nal des femmes, Revue féministe, la Revue des femmes russes et des femmes francaises, el Fémi- nisme chrétien, l'Avant Courriére, la Fronde, Le Pain, U Entente, etc.
(1) Abate Naudet; Pour la fernme.
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