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llado, durante cinco ó seis años, los sindicatos de obreras lionesas (1). Hay en él indicaciones que 10 podemos pasar en silencio.
Il
Digamos ante todo algunas palabras sobre la autora del folleto, que ha sido la principal inicia- dora de este movimiento en la región del Sud- Este, tomadas precisamente de las páginas del mismo.
“Desde los dieciséis á los treinta y ocho años —dice Mlle. Rochebillard,—con uno solo de in- terrupción, +e tenido que trabajar para vivir. Des- de hace cinco años he salido de esa lucha positi- va para entrar en lo que llamanos el período de proselitismo sindical: puedo acreditar como expe- riencia personal mis veintidós años de trabajo ac- tivo. Por razón del medio en que me había cria- do, entre una antigua familia burguesa, tuve que sostener desde que comencé á trabajar para vi- vir una verdadera batalla conmigo misma: con tanto más motivo, cuanto que el estudio me atraía más que el trabajo manual; pero tuve la fuerza de voluntad y la salud suficiente para hacer las dos cosas á la vez, y debo declarar que, en medio de todo, la juventud de una obrera tiene sus horas de felicidad, de espléndida belleza. En seguida tuve que luchar contra ciertos prejuicios hace veinte años; pero me pareció el trabajo como cosa tan noble, que triunfé al fin, y me entregué á él con toda mi alma. Sin embargo, bien pronto hube de reflexionar sobre dos hechos: uno, la si-
(1) Sindicatos de obreras lionesas, por Mlle. M. L. Ro- e O. (Colección de la Action populaire, París: Lecoffre, editor).
