36 CIENCIA Y ACCIÓN
torio la idea de un Congreso general, se comen- zaron los preparativos, y el 6 de Diciembre de 1904 se celebró en Francfort la primera asamblea de la Unión de las mujeres católicas.
El Congreso fué importante por el número de los asistentes y por los asuntos que se discutie- ron.
Uno de ellos fué determinar “lo que pueden hacer las mujeres católicas alemanas por los mi- llones de obreras que existen en el territorio ale- mán,; se estudió la situación de las mujeres em- pleadas en los almacenes, así como la 'excepcio- nal en que se encuentran las que acaban de salir del presidio; se examinó lo relativo á las obras de protección á las jóvenes, y se discutieron las cuestiones referentes á la educación femenina.
Pero de todas las ideas que allí encontraron exposición y desarrollo, y de todas las resolucio- nes que fueron tomadas, la más fecunda fué se- guramente, la que atañe á la necesidad por parté de la mujer de una seria preparación: la mujer que desee cooperar con su acción á las reformas obreras, debe ante todo prepararse, formarse, educarse ella misma desde el punto de vista so- cial. Esta obligación fué clara y precisamente for- mulada en la Memoria de Isabel Gnauch-Kiihne, en la cual se expone de una manera precisa “la utilidad y á la vez la dificultad de la acción feme- nina, dado el estado de ignorancia práctica y teó- rica de la mujer llamada culta. Si la Unión feme- nina quiere entrar en relación con el mundo obrero, tiene que adquirir ciertos conocimientos especiales cuya ausencia podría hacer ineficaz, y hasta perjudicial su intervención. Ante todo hay que despertar en sus miembros el espíritu social, ese espíritu de abnegación y de justicia que pue- de dar vida á las reformas económicas, las cuales deben ser estudiadas por las mujeres á fin de