INICIATIVAS FEMENINAS 41
y defensa retarda el triunfo de las reclamaciones justas y razonadas del feminismo, porque es causa de que el público confunda éstas con de- terminadas doctrinas antisociales (1).
Las aspiraciones feministas se manifiestan en tres órdenes de ideas y hechos diferentes: en el político, en el legal y en el económico.
En el orden político puede decirse que el de- recho al voto es el que resume y compendia to- das las demás, siendo asimismo esta aspiración la que con mayor apasionamiento se discute y la que parece interesar á la generalidad de las gen- tes. Por nuestra parte confesamos con entera franqueza que desde el punto de vista social y religioso la concesión del voto á las hijas de Eva reportaría más ventajas prácticas que inconve- nientes. No queremos aducir más pruebas que la tentativa hecha hace dos ó tres años por los di- putados católicos belgas para obtener del Parla- mento una ley concediendo el voto á la mujer, y la inquietud y la contrariedad proyecto produjo en los jefes de las filas socialistas.
Sabido es que una de las principales objeciones que se hacen al derecho de la mujer para emitir su voto es que su ejercicio implicaría la des- organización de la familia; pero á esto se puede contestar que el hecho de que madres y esposas tuvieran que intervenir al año en tres ó cuatro elecciones perturbaría, ciertamente, mucho me- nos la familia que la admisión de la mujer casada al trabajo en los talleres y fábricas. Y, sin embar- go, no sabemos de ningún adversario del voto fe-
(1) En L' affranchissement de la femme (Alcan, éditeur, París, 1903) M. Novicow escribe uu largo ditirambo sobre la superioridad de la unión libre (V. pág. 108 y siguientes). Se leerá con provecho el hermoso estudio de M. G. Fonsegri- ve, intitulado Mariage et union libre París 1904).
