50 CIENCIA Y ACCIÓN
la mayoría se entregan á ella en cuerpo y alma; y cuando luchan por una idea, ponen en ello toda su voluntad y toda su inteligencia. Tienen, en una palabra, entusiasmo, cualidad rara en Amé- rica, donde, si no gentes indiferentes, las hay en abundancia que sólo miran el aspecto práctico de las cosas. Para marchar, pues, hace falta el im- pulso,,.
En este debate relativo al voto municipal el impulso no faltó: dígalo si no M. Martineau, el autor de la medida hostil al derecho de la mu- jer, quien tuvo de su parte á la mayoría, pero no, ciertamente, para enviarle felicitaciones.
Al final de la campaña periodística la causa feminista pue i2 decirse que estaba ya ganada en sus tres cuartas partes. Pero vino á completar la victoria la entrevista celebrada por madames Gérin-Lajoie y Thibodeau con uno de los con- cejales, con M. Laporte.
Para el relato de esta entrevista dejaremos la palabra á Mad. Gérin-Lajoie. “Al acercárseme, M. Laporte me dijo de buenas á primeras: “Se- ñora, llegaremos á la solución deseada si usted me promete instruir á la mujer sobre sus deberes públicos y fomentar su educación en este sentido. Prométame eso, y permitiremos votar á las mu- jeres,.
No podemos resistir al deseo de interrumpir este relato para expresar nuestra admiración por el sentido práctico del concejal montrealés. Su consejo, permiítasenos declararlo, no sólo debe ser oído por las canadienses, sino también—y acaso les sea más necesario—por las mujeres de Francia, pues en nuestro país, como diría La Fontaine,
...je sais méme sur cc fait Bon nombre d'hommes qui sont femmes.