INICIATIVAS FEMENINAS 83
buenas católicas; pero no lo es menos que, en nombre de la neutralidad, les está prohibida toda propaganda religiosa, y que esa misma neutrali- dad no impide á las anticlericales luchar contra “el obscurantismo, .
—Pero ¿qué anticlericalismo —-se objetará— puede hacerse enseñando las cuatro reglas de la Aritmética ó corrigiendo una plana de escritura?
—Es posible, toda vez que no es difícil desli- zar alguna crítica de las verdades religiosas en el texto de un dictado, y sobre todo en la explica- ción de los hechos históricos. Pero confesamos que no es precisamente en estos ejercicios donde el anticlericalismo puede predicarse con entera franqueza, sino en las “lecturas, que se efectúan en el intermedio de las lecciones, para romper la monotonía de éstas y despertar la atención de las discípulas.
Estas lecturas son un poderoso instrumento de formación del espíritu; y se comprenderá el bien ó el mal moral que por este medio, hábil- mente dirigido, puede causarse. Suponed que la profesora lee á sus oyentes, comentándolas, ciertas páginas de Michelet, de Quinet, de Re- nán ó de Anatole France: adivinaréis sin gran es- fuerzo los estragos que esta lectura puede produ- cir en el alma de las jóvenes niñas. Estos termo- res, desgraciadamente, no son pura quimera. El mismo M. Petit nos enseña, en efecto, que “si el curso de 1901-1902 había sido dedicado á Víctor Hugo, el de 1902-1903 lo había sido á Edgar Quinet,,. Esta última elección dice mucho sobre el espíritu que ha informado á las lectoras (1).
(1) Si se quiere comprobar la finalidad de muchas de és- tas lecturas, no hay más que hojear las primeras páginas (con- sagradas á la Biblia) de una colección de trozos y comenta-