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XXVII

Pasión de Miguelito.—Los hombres son iguales en todas circunstancias de la vida.—Retrato de Miguelito.—Su historia.

Miguelito había concebido por mí una de esas pasiones eléctricas, que revelan la espontaneidad del alma; que son un refugio de las grandes tribulaciones, que consuelan y fortalecen; que no retroceden ante ningún sacrificio, que confunden al escéptico y al creyente lo llenan de inefable satisfacción.

Cruzamos el mar tempestuoso de la vida entre la angustia y el dolor, la alegría y el placer, entre la tristeza y el llanto, el contento y la risa; entre el desencanto y la duda, la creencia y la fe. Y cuando más fuertes nos conceptuamos, el desaliento nos domina, y cuando más débiles parecemos, inopinadas energías nos prestan el varonil aliento de los héroes.

Vivimos de sorpresa en sorpresa, de revelación en revelación, de victoria en victoria, de derrota en derrota.

Somos algo más que un dualismo; somos algo de complejo, de complicado ó indescifrable.

Y sin embargo, es falso que los hombres sean mej>res en la mala fortuna que en la buena; caídos que cuando están arriba, pobres que ricos.