ESTUDIO PRELIMINAR
cifrado la esperanza de la inmortalidad, en la pu- rificación incesante, en la catharsis. La vida filo- sófica, en cl esoterismo platónico, define al filó- sofo como el amante de la sabiduría; pero el amante de la sabiduría, aconseja que se prepare uno para la muerte, y a morir. Y he aquí la fuente secreta de todo idealismo; he aquí la experiencia íntima de Platón. Reclamaba para sí, la eternidad, porque como todos los hombres nada sabía de la vida y del destino, y porque como todos los hom- bres, había aprendido que se moría; y enseñaba a morir, porque la experiencia de la muerte es la única experiencia auténtica, que si nos queda es- peranza para creer en la inmortalidad, viene ésta “después del dolor y es más honda que el dolor”. Que si alguien me aconseja que me “prepare para la muerte”, es porque él, el que lo dice, aprendió que se moría.
Ya sé que se habla de la plena objetividad de la razón y de la verdad objetiva, y de un conocer que es necesidad de conocer, y nada más. Porque en el decurso de los tiempos, olvida la historia la enseñanza secreta, el patetismo que encierran las palabras de Platón; olvida la experiencia que en el pensador era horroroso saber, “organizada de- cepción”, concreto ignorado.
Y este olvido de las experiencias íntimas falsea y hace perder de vista la naturaleza de los moti- vos que llevan a filosofar a los hombres. Y es
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