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Variación de la Aguja resultó de Norte 9° 8' E.

El Salar de Caurcharí recibe por el Sud las aguas que se desprenden de la Sierra de Tocomar, y son llevadas allí por el río de ese nombre, cuyo curso como hemos visto, se sigue viniendo de Chorrillos para llegar hasta él.

La cuenca está rodeada por serranías bajas ó mejor lomas redondeadas, que no son sino los contrafuertes de los cerros que la encierran.

Los del Norte, son los del Rosario de Susquis; los del Este, forman la serranía de Turutarí y Lari Chico, que pertenecen al mismo sistema de los de Tocomar y Chorrillos; por el Sud, los cerros de Pastos Grandes con su nevado y el cerro de Caurcharí; y por el Oeste el Cordón de los Cerros Olarós, Pailas, Achibarca, Catua, etc.

Todas las lomas que rodean el Salar presentan su superficie cargada de detritus de rocas, que se presentan en estado fragmentario de tamaño variable pero en general pequeño, la mayor parte eruptivas y cristalinas, pórfidos, lavas, cuarzos blancos y hasta cristales de cuarzo hialino.

El plan del Salar, se ve que ha sido rellenado lentamente con arcillas y con arena, estas últimas finas de un color rojo pardo y contienen una cierta cantidad de hierro.

Estas arenas son las mismas que con tanta abundancia, se hallan en toda la cuenca del río Tocomar formando verdaderos médanos; lo que con toda probabilidad hace suponer, que por allí mismo hayan sido acarreadas por medio de las grandes avenidas y aun por el viento.

Depositadas las arenas sobre las arcillas y casi rellenada la cuenca hasta el nivel actual, se produjeron las grandes erupciones de Geyssers de aguas calientes, cargadas de carbonato de cal que formaron la capa de Caliche que cubre la arena y forma en muchos puntos el piso actual del Salar.

Este Caliche se presenta de muchos modos, pero los más generales son dos; uno de pocos centímetros de espesor (de tres á seis) de color obscuro y de superficie rugosa con ampollas y oquedades, y otro blanco, más pesado, más compacto hasta de diez centímetros de espesor, presentando en su masa concreciones calcáreas.

En algunos de estos caliches, cuyo interior ha quedado ahue-