Página:Viaje a la puna de Atacama - De Salta a Caurchari.djvu/6

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido validada
— 4 —

ses en una región fría, alta é inospitalaria, de modo que era necesario proveer á todo á fin de que nada pudiera faltar, lo que no fuera una razón para crear dificultades en el trabajo.

Las mulas nos fueron concedidas por la Gobernación de los Andes y ellas requirieron un cuidado especial haciéndolas herrar prolijamente, al mismo tiempo que se hacían componer y arreglar los arreos y aparejos que debían conducir las cargas para que no lastimasen á los animales y pudieran desempeñarse sin contratiempos hasta el fin de la jornada.

Nuestra carga era por demás eterogénea, mojones de fierro promiscuaban con otros de quebracho colorado, largos jalones de agrimensor, cajas de teodolitos, trípodes, barriles de agua, bolsas de provisiones diversas principalmente maíz para las mulas, arroz, fariña y frangollo de maíz para los hombres, fardos de charqui seco, carpas con sus parantes y cumbreras, botiquín, cajones de conservas, faroles, batería de cocina, víveres secos, galleta, etc., todo tuvo que ser embalado cuidadosamente parte en petacas, parte en fardos, líos de cajones ó bolsas á fin de equilibrar y repartir las cargas, cosa que nos permitiera con facilidad acampar y ponernos en marcha sin mayores pérdidas de tiempo. .

Esta precaución nos valió mucho pues si bien es cierto aquel adagio de tierra adentro de que «en el camino se componen las cargas», no puede dejar de reconocerse que cuanto menos composturas hay que hacer durante el viaje, se marcha mucho más lijero y más fácilmente se consigue llegar á hora conveniente a las paradas forzosas, lo que permite mayor descanso á los animales y holgura para los hombres.

En este viaje nos acompañaron el Secretario de la Gobernación de Los Andes Dr. Delfín Leguizamón, joven cultísimo y á quien debimos muchas atenciones y eficaz ayuda y el Comisario Sr. Alejandro Sierra á quien también particularmente debo servicios que agradezco.