Página:Viaje en las rejiones septentrionales de la Patagonia.djvu/100

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hice entender que no dudaba me permitiría seguir mi viaje para el Cármen i antes de continuarlo iria yo a Valdivia para buscar los caballos necesarios; entonces, no serían pocos los regalos que de esa ciudad le iba a traer para recompensar su buena voluntad. Callóse i principió a rejistrar todas las cosas junto con los chiquillos i las sirvientes: en ese momento entraron varias indias a grandes gritos revelando en sus ademanes el estado de embriaguez en que se hallaban. Aprovechándome de la confusion, saqué de la mochila el flageolet i me puse a tocar: sorprendida la jente i principalmente el cacique, me escucharon un poco i luego el viejo me pidió el instrumento i lo hizo sonar; en seguida me hace señas para que vuelva a tocar. Esta familiaridad establecida por medio del flageolet, me da mas confianza, los temores se me disipan i toqué el Sturm Marsch Gallop. Por la satisfaccion con que me oía el cacique i por la diferente espresion que tomó su cara comprendí que me habia salvado. Algun rato despues, los regalitos se desbarataron, indias i niños ya no se ocuparon mas que en el exámen curioso de los objetos que a cada uno le habia regalado el cacique i en comparar su importancia. Sereno ya, principié a estudiar con escrupolosidad mi nueva compañía. Por el lujoso atavío de una de las indias i por la mayor cantidad de aguardiente que habia bebido, conocí que era la mujer principal del cacique (tenia dos mujeres) india de elevada estatura, de nacion Tehuelche, con un cinturon de cuentas coloradas i azules; las demas eran de los toldos vecinos. De pié, cerca de mi habia un individuo rubio, de ojos azules, vestido de español, con el traje todo roido i sucio; la cabeza atada con un harapo; le creia ingles; pero conocí pronto su nacionalidad al dirijirme la palabra en español; era un jóven Argomedo i Salinas de Chile: emigrado político en 1851, una série de circunstancias lo habian llevado al Cármen, se habia casado allí i deseando ver a su familia de Chile, juntóse con unos indios pampas que habian ido a vender cueros a esa ciudad i que le aseguraron la facilidad de llegar a Chile por esa via. Engañado con sus promesas, pasó el desierto en veinte i seis dias i al llegar a las tolderias de Paillacan, este lo habia detenido i lo guardaba con el cargo de ovejero, consolándose con falsas promesas de libertad que le hacia el indio. Pocos dias ántes de mi llegada, habia intentado asesinarlo i solo debió su salvacion a la fuga i a la mediacion del hijo del cacique: llevaba, pues, una existencia sumamente pesada, aunque el servicio no era mucho; consistía solo en el cuidado de las ovejas, en ensillar el caballo del cacique i encender el fuego para cocinar; pero la ignoran-