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a dos leguas, me indicó Quintuñanco el lugar en donde habia yahu-yehuines.

Cojimos una buena porcion: es una plantita pequeña que crece en la arena, las papitas se dan pegadas a la raiz i enterradas como a veinte centímetros. Esta planta es una especie nueva de la familia de las Santoláceas, i el Dr. Phillippi la ha clasificado con el nombre de Arjonna appressa.

Como estuviese cerca la caballada, Quiutuñamco laceó un caballo i volvimos los tres, Quintunauno, Millaleufu i yo, montados en el mismo caballo; uno de ménos que los cuatro hijos Aymon de célebre memoria.

En la tarde quise aumentar el ordinario de nuestra comida con un plato mas: hice freir en una sarten las yahu-yehuines'; tenian un gusto azucarado mui agradable, pero se escondia el veneno bajo las flores, en la noche Lenglier i yo tuvimos grandes dolores de estómago i prometimos solemnemente contentarnos en lo sucesivo con nuestro asado de cordero.

En ese dia, mientras yo estaba ausente vino un indio preguntando por mí habló con Lenglier i le dijo que habia oido decir que traiamos remedios para ganar a la baraja. Lenglier no comprendió lo que queria decir el indio; al principio yo crei que pedia piedra alipe, (sulfato de cobre) de que tenia una porcion i que usan los indios como remedio disolviéndolo en agua, pero esta esplicacion no podia conciliarse con la palabra "baraja" con que habia concluido su pregunta el indio.

Algunos dias despues tuvimos la esplicacion de la cosa. Agustin, el Tehuelche habia reparado la brújula de bolsillo que tenia Lenglier i me vino a preguntar con aire misterioso, si queria cambalacharla por un caballo bueno; como le preguntarse a mi vez lo que quería hacer con ella, me contestó que servia de remedio para el juego, que en otro tiempo tuvo una, i que habiéndola puesto a su lado al jugar a los naipes, habia ganado una vez hasta siete caballos. No acepté la proposicion porque la brújula nos iba a ser mui útil en el viaje a Patagónica. Entónces comprendi lo que habia querido decir el otro indio con su remedio para la baraja.

A la noche el cielo se cubrió de nubes.

3 de marzo.—Ese dia por la noche vino Paiilacan con el hijo de Huincahual padre de Quintuñauco que vivia en las orillas del Limai. Llegó feroz como Artaban, sin dignarse mirarme aunque pasó a mi lado: se apeó, i se le juntaron Inacayal, Huincahual i su