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enemigos, pero que para tomar nuevas fuerzas, necesitaba un sacrificio que debia celebrarse al alba i de la manera siguiente: se debia cavar un pozo, matar una oveja en la boca del pozo, derramar la sangre acompañando la operacion con rezos i plegarias, comer la carne, en seguida debian botar los huesos en el pozo, i cubrirlos con tierra. Ni un perro debia probar de la oveja, aun el mas pequeño hueso. Tal era el sueño que el cacique de los Picuntos mandaba contar a Huincahual, para que él tambien se conformase con lo que se ordenaba i avisase a sus vecinos del Limai. Por eso desde la mañana se habia cavado el pozo, i la oveja estaba con el cuchillo en la garganta en el borde del agujero. Habiéndose reunido todos los hombres de la toldería, el viejo Huincahual principió la ceremonia mojando sus manos en la sangre i haciendo aspersiones; dió tres o cuatro chivateos, hablando entre dientes palabras sin significacion para nosotros.

Cada uno hizo otro tanto; el viejo nos mandó decir con Juan chileno que rezasemos tambien dirijiéndonos a nuestro Dios. Se vé pues que el viejo cacique tenia ideas bastantes largas en materia de relijion. Hicimos como ellos, dirijiéndonos a Dios, pero no aludiendo al sueño estrambótico del cacique picunto, sino rogándole que nos favoreciese en nuestro viaje hasta Patagónica i que nos hiciera salir sin daño alguno de entre esa jente. Despues se encendieron los fuegos, el cordero fué despedazado i puesto en las ollas; los perros atraidos por el olor de la cocina, hacian inútiles esfuerzos para allegarse cerca de las cocineras; los Pehuenchitos los alejaban con piedras i se divertian persiguiéndolos con laquis hechos de dos manzanas atadas con un lacito. Comimos todos los hombres, i despues las chinas i los niños; se recojieron todos los huesos i se les botó en el pozo, en seguida fué cubierto de tierra. Concluida la ceremonia todos se volvieron a los toldos.

El cacique Huincabual daba siempre el ejemplo con sus sentimientos relijiosos. Todos los años en, la primavera, escojia el mejor de sus potrillos i un cordero i los ofrecia en sacrificio al Hualichu. La ceremonia se celebra del modo siguiente: degüellan los animales en las orillas del rio, los rellenan con pasto nuevo de la pampa, yerba mate, azucar, aguardiente si hai, en fin con todo aquello que mas les agrada, en seguida cosen la herida i arrojan los animales al medio de la corriente del rio. Este sacrificio tiene por objeto asegurarse la buena voluntad del Hualichu para todo el resto del año; nunca ha dejado de ejecutarlo el viejo cacique, i me decia que gracias a eso

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