Página:Viajes de Gulliver (1914).pdf/62

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 61 —

estaba la flota. Me apoderé de un grueso navío de guerra, até un cable á la proa, y levantando anclas después de haber puesto en él ini vestido y calzado, con un cobertor, que era mi equipaje, unas veces a vado y otras a nado, fui tirando hasta el puerto real de Blefuseu, donde me esperaba el pueblo hacia largo rato. Destinaron dos guías para conducirme a la capital, que tiene el mismo nombre: los llevé en mis manos hasta llegar a cien locsas de las puertas, y allí los puse en el suelo para que fuesen a dar aviso de mi arribo a uno de los secretarios de Estado, mientras aguardaba en el mismo sitio las órdenes de Su Majestad. Al cabo de una hora, recibí la respuesta de que salía con toda la casa real a recibiruc. Entonces me adelanté cincuenta toesas más, hasta encontrarlos. El rey y su comitiva se apcaron de sus caballos, y la reina y sus damas dejaron los coches, sin manifestar temor de mi presencia. Para besar las manos a Sus Majestades, me tendí en tierra, y así bice mi arenga de que iba a cumplir mi promesa con lidel emperador, mi señor, por conseguir el honor de ver a un príncipe tan poderoso y ofrecerle todos los servicios que estuviesen en mi mano y no fuesen incompatibles con la obligación que me ligaba a mi soberano, pero sin hacer mención de mi desgracia.

No quiero fastidiar al lector con el pormenor circunstanciado de ti recibimiento en la corte, que fué cual correspondía a la generosidad de un príncipe tan grande; ni de las incomodidades que pasé por falta de cama y alojamiento, viéndome precisado a acostarme en el suelo envuelto en el cobertor que por fortuna llevaba.