ciéndolos, podamos primero precavernos de sus asechanzas y malas artes, y después aparejarnos para domesticarlos y hacerlos nuestros tributarios y vasallos, huéspeda con que felizmente ellos no cuentan.
La entrada de los bárbaros ingleses y franceses en territorio chino, y el saqueo del palacio de verano de nuestro celestial Emperador, en el cual robaron hasta los orinales y los zapatos viejos de las criadas, fué la causa que me decidió á emprender un viaje á las lejanas tierras de donde vinieron aquellas hordas de ladrones, á fin de conocer tales lobos en sus mismas guaridas, y ver cuáles son las causas de su rapacidad, y de su fuerza expansiva en el mundo que perturban y avasallan, disputándose su dominio en luchas inhumanas, para mayor honra y gloria de Dios.
Recorrí todos los países de Europa, y el convencimiento de su barbarie, que mis padres me inculcaron, se confirmó y arraigó