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VIDA Y ESCRITOS DEL DR. RIZAL

presentó otro escrito, pidiendo la intervención del Gobierno, ya que el Gobierno era la causa del conflicto; pero el Gobierno se calló; ni dijo sí, ni nó; no instruyó sumaria, no aclaró los hechos denunciados: el Gobierno temía luchar por la verdad, y abandonó al pobre pueblo. ¡Y todo el escrito trataba de agricultura, de urbanización…! Allí no se atacaba la inmaculada pureza de los frailes; allí no se delataban suciedades, porque el autor no ha querido jamás manchar su pluma con las inmundicias que empapan ciertos hábitos. Allí no había más que cuestión de siembras, terrenos, caminos, escuelas, casas, etc. Ese escrito lo firmaban todos los principales; lo firmaba el mismo autor con todas sus letras; lo firmaban mujeres, propietarios, chinos, criados, obreros; lo firmaba todo el pueblo. El escrito se leía á todo el mundo, á enemigos y á amigos, á autoridades, á peninsulares; porque teníamos el valor de nuestras convicciones y porque creíamos en la sinceridad del Gobierno y en su amor al bienestar del país. ¡Nada; no se hizo nada! De todo esto quedan las venganzas en el pobre pueblo, víctima de su lealtad al Gobierno y de su buena fe…»

Pero diga lo que quiera Rizal, es evidente que su campaña iba dirigida contra los dominicos, ó mejor, contra el derecho de propiedad que los dominicos ejercían en Calamba, cuyo terreno, desde 1833, les pertenecía íntegramente, y, por tanto, todos los que vivían dentro de la extensa jurisdicción de Calamba no eran sino colonos de los frailes. Estos habían venido subiendo el canon, así como las exigencias en la forma del cobro, y aun se dice que rectificando en favor propio los primitivos límites de la finca. En Septiembre de 1887, y á causa de las excitaciones que privadamente dirigía Rizal á sus paisanos, comenzaron algunos colonos á resistirse á pagar; los frailes, sin embargo, contemporizaron un año (desde Septiembre del 87 á Septiembre del 88); después «se empezó á hacer uso del derecho», y en 1890 los dominicos modificaron esencialmente la fórmula de los contratos, lo que motivó que en 1891 se apelase por la Autoridad á medidas radicales…

Rizal, sobre haber inculcado entre los suyos sentimientos á los que no se hallaban avezados, inculcóles la idea de que los dominicos ejercían en Calamba una detentación. Y porque comprendió que vivir en paz en su país le era imposible, allende que su propia familia temía que fuese víctima de un crimen, vióse obligado á salir de Filipinas, es de suponer que anegado en amargura. ¡Qué diferencia de cómo había salido en 1882, á cómo salía ahora, á principios de Febrero de 1888!… En 1882, el nacionalista latente, soñador romántico, venía á Europa á instruirse, para retornar luego á su patria, y, con la experiencia adquirida, difundir entre sus conterráneos las ideas