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jamás demasiado severamente su pereza ó su lentitud; no someter ligeramente á los rebeldes á los castigos, sino soportar con paciencia sus faltas, y ofrecerles el medio de repararlas; tal es el valor de los pueblos meridionales; y así es como reprimiendo en ellos mismos la pasion de la cólera, llevan insensiblemente sus animos á la razon.
Acostarse intrepidamente sobre corazas y manojos de lanzas: ser insensibles al temor, y pasar la vida sin gemir en los trabajos y peligros: ved ahí el valor de las naciones boreales: ved ahí lo que pueden hacer hombres bravos y valientes. Pero su valor está mezclado de mucha temeridad; y no se contiene ni con el freno de la justicia; y éste no es, mis caros discípulos, el valor que yo espero de vosotros.
Atento siempre el sabio á vencerse á sí mismo, se presta y acomoda á las costumbres, y al genio de los otros; pero dueño siempre de sí mismo, no se dexa ablandar ni depravar por las costumbres y los hechos de los hombres baxos y afeminados, y no obedece en toda ocasion con indiferencia. Este valor exîge esfuerzos.
En medio de los hombres que se apartan de la rectitud, él solo siempre firme, se sostiene recto y justo, y no se inclina á ningun partido. ¡Este valor es bien estimable!
Si la virtud, si las leyes están en vigor en el Imperio; si exerce él mismo alguna magistra-