la vida pública, negándose por tres veces á aceptar en la nueva administración los ministerios que había desempeñado en la anterior. Á mediados de 1824 se trasladó á Londres sin carácter público, regresando á Buenos Aires á fines de octubre de 1825. Durante ese intervalo desempeñó el alto empleo de ministro plenipotenciario cerca del gobierno inglés, y el puesto de presidente honorario de la compañía de minas establecida en Londres, con arreglo al decreto del gobierno de Buenos Aires promulgado en 24 de noviembre de 1823.
Elegido presidente de la República por el Congreso Constituyente el 7 de febrero de 1826, prestó juramento el siguiente día, revelando en su breve discurso la intención que lo animaba.
Con la elevación de Rivadavia á la presidencia de la República, la ley de la capitalización dé Buenos Aires y la constitución unitaria dictada poco después, en vez de darse una solución á las cuestiones pendientes, se complicaron más aún. La guerra que sostenía la República con el Imperio del Brasil, y las cuestiones de orden interno