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Juan Cruz Varela.
- Naturaleza allí clama por brazos
- Que el seno virgen de la tierra rompan,
- Y que llenen su voto, la simiente
- Dó quier echando en el fecundo suelo;
- Dó quier abriendo los canales anchos
- Por dó corran las aguas; ó robadas
- Para el riego fructífero al gran río
- Que cantó Labarden [1]; ó desde el Centro
- Brindador de la tierra, dó se ocultan,
- Por una mano hidráulica arrancadas.
- ¡Cuántos prodigios en la idea veo!
- Y á mi patria felice ¡cuánta gloria
- Fatídica la mente pronostica!
- Veo brotando los raudales puros
- De límpida corriente, y la llanura
- Aquí tornada en selva populosa,
- Dó el reforzado roble crezca y sea
- Mudo testigo del morir de siglos;
- Y el pino se alce á la suprema nube
- En mole gigantéa, y las raíces
- Á la honda extraña de la tierra lleve.
- Allí el terreno nivelarse miro,
- Y sustentar gimiendo el peso enorme
- De la gran casería, dó la lana
- En vistoso tejido convertida,
- La fábrica extranjera no visite
- Para volver en delicada tela,
- Á ser adorno de la linda virgen
- Que las orillas argentinas pisa.