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Juan Cruz Varela.

Naturaleza allí clama por brazos
Que el seno virgen de la tierra rompan,
Y que llenen su voto, la simiente
Dó quier echando en el fecundo suelo;
Dó quier abriendo los canales anchos
Por dó corran las aguas; ó robadas
Para el riego fructífero al gran río
Que cantó Labarden [1]; ó desde el Centro
Brindador de la tierra, dó se ocultan,
Por una mano hidráulica arrancadas.
¡Cuántos prodigios en la idea veo!
Y á mi patria felice ¡cuánta gloria
Fatídica la mente pronostica!
Veo brotando los raudales puros
De límpida corriente, y la llanura
Aquí tornada en selva populosa,
Dó el reforzado roble crezca y sea
Mudo testigo del morir de siglos;
Y el pino se alce á la suprema nube
En mole gigantéa, y las raíces
Á la honda extraña de la tierra lleve.
Allí el terreno nivelarse miro,
Y sustentar gimiendo el peso enorme
De la gran casería, dó la lana
En vistoso tejido convertida,
La fábrica extranjera no visite
Para volver en delicada tela,
Á ser adorno de la linda virgen
Que las orillas argentinas pisa.
  1. Alude á la Oda al Paraná del célebre porteño D. Manuel de Labarden.