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Juan Cruz Varela.

Á la campaña corren, y entregados
Al trabajo rural, y á los amores
Que nacen entre paz, se multiplican
Cual la simiente que en el suelo arrojan,
Y el genio de la Patria los bendice.
La población se aumenta: el campo entonces
No extraña brazos, ni desierto llora:
Y Ceres y Pomona, y las deidades
Tutoras de las artes y la industria,
Se gozan presidiendo los trabajos,
Cual si tornaron las edades de oro.
El Indio rudo, que rencor eterno
Heredó de sus padres, su venganza
Entonces depondrá; ó allá en las sierras
Dó, como él, es inculta la natura
Pasará solo su salvaje vida;
Ni, como ahora, en el veloz caballo
Discurrirá por la extensión inmensa,
Talando campos y sembrando muertes.




En su carrera de escritor público Varela redacto El Mensajero Argentino (1825-1827), El Granizo y El Porteño (1827), y por último El Tiempo (1828-1829).

Los sucesos políticos que ocurrieron después de 1829 le alejaron para siempre del país, falleciendo en Montevideo el 23 de junio de 1839.