En Buenos Aires la opinión no era unánime. Unos querían la independencia nacional de la provincia; otros la destrucción del régimen constitucional de la Confederación por medio de la guerra civil, y la reorganización de la República sobre la base de un gobierno unitario. No faltaba tampoco guien abogase por la aceptación lisa y llana de la Constitución, mientras que otros la aceptaban con modificaciones que sin alterar su parte fundamental, cedían sólo á lo que consideraban el derecho de la provincia de Buenos Aires y á ciertas conveniencias de mera oportunidad.
En esta situación permanecieron Buenos Aires y la Confederación desde 1853 hasta 1859, en que sobrevino la guerra. La batalla de Cepeda dió la victoria á las tropas de la Confederación mandadas por el Presidente en persona, quien avanzó sobre Buenos Aires.
El 11 de noviembre de 1859 se celebraba en