general Urquiza, y la victoria favoreció las armas de aquella bajo el inmediato mando de su gobernador el general Bartolomé Mitre.
Á consecuencia de esta batalla, el Gobierno de Buenos Aires envió un cuerpo de ejército al interior, bajo cuya protección las provincias, reasumieron su soberanía, quedando así derrocado el gobierno que presidía el doctor Derqui.
El general Mitre fué entonces encargado del Poder ejecutivo nacional, con la precisa condición de convocar el soberano Congreso como lo dispone la Constitución, á fin de restablecer cuanto antes, el régimen legal: lo que se verificó en breve.
Después de la batalla de Cepeda la vida pública del general Urquiza no traspasó los lindes de su provincia nativa, de la cual fué nuevamente gobernador.
Proclamada su candidatura á la Presidencia para suceder al general Mitre (1868), el partido