la vista del río, ó en el corredor de alguna casa humilde en que pasaba el día ».[1]
Entre tanto se acercaban los días gloriosos de Mayo. En todas partes se notaba grande agitación; y las autoridades españolas, creyendo conjurar el peligro de cuya existencia no tenían duda, tomaban todo género de precauciones, al mismo tiempo que creaban empleados encargados especialmente de vigilar la ciudad y sus alrededores. Los patriotas estaban dispuestos á no perder la menor coyuntura favorable, y esta se les ofreció con motivo de la pérdida de las Andalucías y su ocupación por las tropas francesas, cuya noticia fué comunicada al pueblo por el virrey Cisneros el 18 de mayo de 1810 por medio de una proclama.
Desde ese momento los agentes de la Revolución desplegaron una actividad pasmosa, y no pensaron ya sino en la reunión de un cabildo
- ↑ Manuel Moreno.