Con la separación de Moreno el gobierno quedó privado de su brazo más enérgico. La nueva Junta, compuesta de puros elementos heterogéneos, se dividió en su propio seno; y desconociendo los grandes fines y las largas vistas de su primer secretario, puso en graves conflictos el éxito de la Revolución naciente.
Seis días después Moreno recibió orden de partir encargado de una misión diplomática ante las cortes de Río Janeiro y Londres; y el 24 de enero de 1811 se embarcaba entristecido, con el alma dolorida y lleno de sombríos presentimientos.
Moreno falleció en la navegación, de un ataque violento. « Antes de morir pidió perdón á sus amigos y enemigos de todas sus faltas... Sus últimas palabras fueron; Viva mi patria, aunque yo perezca » [1]. Sus labios se cerraron para siempre el 4 de marzo de 1811, al amanecer, cuando apenas contaba treinta y tres años de edad.
- ↑ Manuel Moreno.