Esta enfermedad es producida por un virus del mismo nombre que contiene ARN como material genético, tiene forma esférica y está recubierto por una membrana lipídica.
El período de incubación de la enfermedad es de catorce a diecinueve días. El virus se transmite por vía respiratoria y se replica en las células de los ganglios linfáticos del cuello. El cuadro clínico consiste en lesiones rosadas en cuello, cara, extremidades y torso, además de dolores musculares y articulares. Si la enfermedad es contraída en el primer trimestre del embarazo, conlleva serios riesgos para el feto, con distintas alteraciones como compromiso cardiovascular del feto, compromiso ocular, auditivo o del sistema nervioso central e incluso un aborto espontáneo, las que configuran el Síndrome de Rubeola Congénita.